CAMPANADAS QUE ILUSIONAN

 

El Año Nuevo es el momento en el que muchas personas tradicionalmente hacen resoluciones para romper malos hábitos y empezar buenos.

 Los antiguos Persas daban durante Año Nuevo regalos o huevos, que simbolizaban la productividad.Los romanos comían con sus familiares y amigos, y se intercambiaban higos y dátiles con miel, con la intención de empezar el año de la manera más dulce posible. 

Las “DOCE UVAS DE LA SUERTE” tienen un origen más reciente. Fue en la Nochevieja de 1909 cuando en España comenzaron a tomarse de manera masiva, debido a un excedente de cosecha de uva en Alicante. Aunque la costumbre de comerlas y brindar con champagne por el año nuevo ya se tenía desde el siglo XIX, pero sólo disfrutaba de ella la clase burguesa.

En España, cada uva representa un mes del año nuevo que comienza, y deben comerse con cada una de las campanadas del reloj. En otros países se comen otros alimentos típicos para saludar al nuevo año. En Italia y países sudamericanos es costumbre comer un plato de lentejas estofadas, para atraer la fortuna y la prosperidad. 

Para una noche tan especial, no podía faltar un momento muy especial también.

                            
              

Como entrante un plato estrella de nuestro producto nacional Jamón Ibérico acompañado de un excelente  vino,  ABADÍA DE RETUERTA, Bodeguero Novartis, D.O.P. Tierra de Castilla y León. Es un vino cremoso y con cuerpo, sabroso que constituye una apuesta segura para las cenas de una noche tan especial como ésta.   

 En VISTA nos presenta una  preciosa capa granate, picota. En NARIZ es  muy limpio, franco y expresivo, en  donde la madera se ve dominada por la fruta, destacando aromas de zarzamora, ciruela, fresa silvestre y frambuesas mezclados con notas lácteas y cremosas sobre un fondo de finas maderas exóticas (sándalo).  Y por último y lo más esperado, en BOCA la entrada es suave dando paso a un tacto amable, generoso en aroma que lo hace aún más suculento y sabroso, con un cuerpo marcado por unos taninos maduros y una medida de  acidez que engrandecen su largo final, su persistencia...