EL CAMARADA DE LOS FOGONES
Desde la
Antigüedad hasta el siglo XIV, la sal, fue el condimento por excelencia, y su
comercio era libre. A partir de esa época fue presa de los impuestos de todo
tipo que provocaron desórdenes y guerras. Tan alto llegó en algunos momentos a
ser su precio que sólo los ricos podían permitirse salar el pan. En Francia,
hacia la segunda mitad del siglo XVI, era tan cara como las especias de las
Indias. Y en España fue producto monopolio del Estado, existiendo así los
estancos de la sal hasta el año 1869.
En Europa, en
los tiempos del Imperio Romano, se crearon rutas específicas para la
distribución del preciado condimento. Tal ha sido siempre la importancia de
este mineral que incluso llegó a ser la divisa con la que se pagaba a los
trabajadores. En español, la palabra salario viene del latín “salarium”, que a
su vez procede de “sal”.
La sal es más
que un condimento que potencia el sabor de los alimentos, ante todo es un
mineral indispensable para la vida, ya que el cuerpo lo necesita para funcionar
correctamente, pero con moderación. La
Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda ingerir 5 gramos de sal (una
cucharada cafetera) al día, máximo. ¡Recuerda siempre probar los alimentos
antes de tomar el salero!.
Son muchos los expertos que recurren a este aderezo para dar sabor a la carne, su principal camarada en los fogones. Actualmente, la sal común ha perdido el monopolio dentro de la cocina. Multitud de variedades han irrumpido con fuerza en el mercado para dotar a las elaboraciones culinarias de sabor, aroma y color. La flor de sal, la sal marina, la sal rosa del Himalaya… Las opciones son prácticamente infinitas. Sal de escama también conocida como sal Maldon, este tipo de condimento tan particular se ha convertido en un compañero inseparable de los chefs más importantes del planeta, que recurren a ella por su pureza y su gusto intenso. Un complemento gourmet que ha llegado a los hogares de medio mundo y que ha encontrado en la carne a su pareja ideal.
Hay buenas razones por las que la
Sal Maldon está en Maldon (Inglaterra). Marismas llanas, mareas limpias y bajas
precipitaciones significan alta salinidad y el lugar es ideal. Éste se caracteriza no solo
por su elaboración artesanal, también por su pureza, su textura escamosa y un
sabor muy potente y nítido, cuya frescura realza los matices de aquellos
alimentos con los que comparte protagonismo sobre el plato.
Cerdo asado a la Sal de Maldon .
Para no perder mi buena costumbre les dejo una recomendación,
este vino tinto de Bodegas Valduero , D.O: Ribera del Duero tempranillo 100%, cuyas características en el
proceso de cata son: VISTA: Color granate intenso, vivo, de capa alta.
NARIZ: Aromas frutales, balsámico y especiado con detalles
de comino, clavo y nuez moscada.
BOCA: Amable y con nervio, muy bien estructurado. Se despide
con un importante retrogusto.
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