UN BOCADO SALADO
Uno de los platos populares de la
gastronomía española son las tapas. Y no solo para los españoles, sino para los
turistas que visitan el país. Comer un poquito de muchos platos es algo que
históricamente siempre ha gustado. Desde su origen la tapa es una porción
exigua de comida que se toma a modo de tentempié. Pero este uso ya era conocido
hace tres mil años por la civilización india.
La palabra tapa
significaba “bocadito” en sentido figurado. En otras literaturas de Oriente el
concepto adquirió sentido afín al que tiene la frase: “tomarse un respiro para
reponer fuerzas probando diversas comidas”. La particularidad gastronómica de
aquellas civilizaciones es llenar la mesa de pequeños platos.
Atenas y luego Roma estuvieron más atentas a la cocina que a
la cama, comer era un placer sumo, tanto
que lo mismo que hubo Siete Sabios de Grecia o Siete Maravillas del Mundo, hubo
siete cocineros, entre ellos Alfonetes de Atenas, inventor de la morcilla, una
de las protagonistas del tapeo.
La tradición
española del tapeo comenzó en el sureste de Hispania y es herencia romana
potenciada por las costumbres árabes que a su vez las tomaron de Persia.
La presencia del aperitivo en la
literatura española comienza en la Edad Media y llega a su punto culminante en
los Siglos de Oro. Juan de la Cueva recoge en una de sus obras la costumbre de
obsequiar al visitante vino y una representación de cuanto hay en la casa de
comer.
La importancia de una casa se
medía por la variedad y riqueza de sus “llamativos”, como denomina Cervantes a
los aperitivos, que en última instancia no son sino las tapas.
La tapa preparaba el camino de la
bebida: no se consideraba tapa el bocado dulce, sino el salado, porque llamaba
a beber, provocaba la sed.
Y como no hay
nada mejor para acompañar las “Tapas” que con un buen vino, hoy les
presento:
Marqués de Riscal, Arienzo, 2016, de Bodegas Herederos del Marqués de Riscal.
Elaborado con uvas 90% Tempranillo, 5% Graciano y 5% Mazuelo.
A continuación detallo sus características principales con
los tres pasos ya explicados para decantar un vino:
NARIZ: Fresco, frutal, con aromas de la madera,
coco y vainilla.
BOCA: Agradable, afrutado y fresco.
VISTA :Resumiendo es un vino que al degustar nos resulta, amplio, persistente y con carácter.
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