EL REGALO FAVORITO

 

        Los chocolates belgas es tan delicioso que quizás podríamos decir que estamos ante los mejores del mundo. No hay mejor detalle, después de un viaje a Bélgica, que traer una cajita de chocolate. Bruselas y Amberes, por ejemplo, tienen muchas pequeñas tiendas donde el chocolate es el regalo favorito.


         La fama del chocolate belga data del siglo XVIII. Pero, a partir de 1912, esta popularidad se puede decir que se multiplicó por diez. Un genio del chocolate, Jean Neuhaus, creó un nuevo procedimiento para elaborar chocolate, los pralinés de chocolate. Hoy en día esta variedad llena todas las tiendas de chocolate en Bélgica, con su variada colección de sabores, cremas, turrones, avellana, fruta o café.



    Jean Neuhaus llegó desde Suiza a Bélgica en 1857, y se instaló con su cuñado, farmacéutico de Bruselas, en la Galería de Queens, una galería muy conocida en el centro de Bruselas, de hecho, se trata de la primera galería cubierta de Europa



Allí abrió lo que parecía una panadería-farmacia, como queriendo darle un sabor dulce a los medicamentos de la época, que tenían un sabor horrible. La fábrica en sí se convirtió en un hecho algunos años más tarde, concretamente en 1912, cuando Jean, el nieto de Jean Neuhaus, bautizó a los bombones de chocolate como pralinés.


       Los años de éxito de Jean Neuhaus coincidieron con el fin de la Primera Guerra Mundial. En esa época, Louise Agostini, su esposa, realizó otro avance, creando las pequeñas cajitas donde meter los pralinés. Se trataban de prácticos envases de color verde y oro, hechos a mano, con la letra N en relieve. Desde su creación, éste ha sido el diseño que todos los fabricantes de chocolate belga han utilizado para sus pralinés.



     La creatividad de Jean Neuhaus llevó al desarrollo de nuevos métodos que garantizaran la alta calidad del chocolate belga. Incluso la familia real belga se convirtió en uno de los clientes asiduos de Neuhaus. En 1918, el Príncipe de Gales y el Príncipe Leopoldo visitaron personalmente la tienda de Neuhaus para contemplar in situ lo que hablaba toda la ciudad.



    En 1978 la empresa pasó a manos de Claude Poncelet y Jean Jacques. Su objetivo era dar a conocer la marca Neuhaus en todo el mundo. Así, abrieron más puntos de venta en Japón, Canadá, Colombia, Estados Unidos y otras capitales europeas.

    Hoy en día Neuhaus, Leónidas, Callebaut, Meurris, Cote D’Or, Guylian y Godiva son algunas de las marcas más conocidas de chocolate belga. Callebaut es el productor de chocolate de las grandes empresas, cuya empresa dueña ahora mismo es Suchard Swiz

    Leónidas, por ejemplo, es uno de los chocolates más baratos de la gama anterior, y existe desde 1970, cuando una familia greco-turca llegó a Bélgica. Se asentaron en Gante, donde abrieron una tienda de dulces, y al ver que el chocolate era el favorito de los belgas, entró en el mercado.

Hoy en día suele ser muy común pasear por cualquier ciudad belga y encontrar sus escaparates decorados con estas delicatessen…


Les recomiendo que de cara a la fechas que se aproximan hagan de estos placeres “ Su regalo favorito”.


    




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