SIMBOLO DE FORTUNA



    Para conocer el origen del roscón de reyes tenemos que adentrarnos en el túnel de la historia hasta llegar siglo II a.C., en el que a mediados del mes de diciembre y durante una semana, se celebraban unas fiestas paganas para conmemorar el fin de la temporada agraria. Estas fiestas recibían el nombre de ‘las Saturnales’, haciendo referencia y honrando a Saturno, dios de la agricultura y cosechas.

    Las Saturnales era un periodo de celebraciones y alegría en el que los esclavos no tenían jornadas de trabajo y por tanto podían pasar esos días de fiestas y descanso. Durante la semana de celebraciones se realizaba una torta a base de miel en la que se introducían frutos secos, dátiles e higos. La preparación de esta torta se volvió una tradición que se practicaba año tras año y así se convirtió en uno de los postres más famosos y populares de la ‘fiesta de los esclavos’, como se solía llamar de forma coloquial a este festejo.


   Siglos más tarde… aproximadamente en el siglo III d.C. se introdujo el haba, ya que esta pequeña legumbre se consideraba símbolo de fortuna y fertilidad. Por lo que aquel al que le tocara la porción de la torta con el haba se le auguraba prosperidad durante el resto del año.



Aquí haremos un salto en el tiempo hasta el siglo XVIII momento en el cual un cocinero al servicio del rey introduce dentro del roscón una pequeña moneda de oro para darle una sorpresa al monarca, el pequeño Luis XV. A partir de este momento la moneda adquirió un valor simbólico superior convirtiéndose en la sorpresa deseada, mientras que, por otro lado, el haba, pasó a ser la sorpresa que nadie quería.
Aunque en España ya se conocía la tradición de comer el Roscón de Reyes, fue Felipe V quien introdujo la modalidad de incluir dentro de la masa una moneda como premio, que con los años se convirtió en una figurita de cerámica, a la vez que el haba se convirtió en un símbolo
negativo.
    Según otra leyenda, probablemente más conocida, el Panettone nació́ en la corte de Ludovico El Moro, señor de Milán desde 1494 a 1500, en la Nochebuena.

    Se cuenta que el Duque celebró la Navidad con una gran cena, llena de deliciosos platos dignos de la riqueza de la corte milanesa. El postre iba a ser la natural conclusión de tan lujoso banquete, sin embargo, al momento de sacarlo del horno, el cocinero se dio cuenta que se había quemado. Hubo un momento de terror en la cocina de Ludovico, pero afortunadamente un lavaplatos, llamado Antonio, había pensado utilizar las sobras de los ingredientes para amasar un pan dulce y llevárselo a su casa. Dada la situación, el joven Antonio propuso al cocinero servir su pan como postre. Era un pan dulce muy bien subido, lleno de fruta confitada y mantequilla que fue llevado inmediatamente al Duque. El inusual postre tuvo un enorme éxito y Ludovico preguntó al cocinero quien lo había preparado y cual era su nombre. El cocinero le presentó al Duque al joven Antonio, quien confesó que ese postre todavía no tenía nombre. El señor entonces decidió́ llamarlo «Pane de Toni», que con los siglos se convertiría en Panettone.

    El primer registro del Panettone como dulce navideño tradicional milanés es un artículo del escritor iluminista Pietro Verri en el siglo XVIII, que lo llama pane di tono ‘pan grande’.

    Su industrialización hizo que su consumo se hiciera tradicional en Italia, y luego a nivel mundial, durante la Navidad. En el año 1919 el empresario Milanés Angelo Motta y luego en el 1933 Gino Alemagna, lanzaron en toda Italia y el mundo el Panettone, dulce típico de Navidad.


    Espero que el artículo de hoy les haya dejado un dulce sabor y sea el fin que dará comienzo a la espera de poder celebrar una nueva Navidad.

Comentarios

Entradas populares