UN BOTÓN FLORAL

 


    Las alcaparras son mucho más que un mero aperitivo. Con un sabor potente y complejo, este pequeño producto es toda una joya culinaria para tener siempre en la despensa, pues es capaz de dotar de una nueva vida a todo tipo de platos. No suele dejar indiferente cuando se degusta tal cual; o se ama o provoca rechazo, pero incluso los más fuertes detractores podrán enriquecer sus recetas con nuevos matices cuando se aprende a dominar sus virtudes.


    La alcaparra es un botón floral, el alcaparrón es ya el fruto inmaduro misma planta, tres productos diferentes.
La alcaparra, también llamada tápena, que encontramos en cualquier supermercado no es un fruto ni una semilla. Se trata del botón o capullo de la flor de la planta del mismo nombre, recolectada antes de desarrollarse por completo. 




    El alcaparrón, su hermano mayor, es ya el fruto posterior y que alberga semillas en su interior. De la misma planta, además, se obtienen los tallos tiernos, muy apreciados en varias regiones mediterráneas.
    De origen asiático y ampliamente extendida por todo el Mediterráneo, la alcaparra es una superviviente que crece en terrenos áridos, climas cálidos y poco lluviosos. Es capaz de sobrevivir a largas sequías y no es raro encontrar campos yermos salpicados con estos verdes arbustos, generando un paisaje curioso que aún llama más la atención cuando se encuentra en plena floración.



    Si analizamos detenidamente una alcaparra nos daremos cuenta rápidamente de que tiene una forma algo inusual que la diferencia de cualquier otro producto encurtido común. Esto se debe, precisamente, a su naturaleza de capullo o botón floral. A simple vista parecen tener forma redondeada, pero al contemplarlas con detalle veremos claramente ese perfil de flor a punto de abrirse, con un extremo ligeramente apuntado.


      Su tamaño suele ser pequeño, desde unos 4 o 5 mm, aunque se clasifican en diferentes calibres, pudiendo alcanzar los 14 o 15 mm de diámetro. Tradicionalmente se cree que son más sabrosas las mas diminutas, aunque es un mito sin fundamento. Algunos expertos prefieren, de hecho, los ejemplares más grandes, pues ofrecen un sabor y unos aromas más maduros, aunque con menor firmeza.


    El alcaparrón es ya un fruto inmaduro, de mayor tamaño y con forma más alargada, recordando a la pera de boxeo, que habitualmente se recoge con parte del tallo. Sus dimensiones y grosor pueden ser también muy variables, según la planta y el momento de recolección. Ofrecen una textura más carnosa y jugosa, con el interior lleno de diminutas semillas.



     De color verde oscuro y piel algo dura, ambos productos necesitan ser curados previamente antes de poder consumirse como alimento, como sucede con las aceitunas. Los tallos más tiernos se recolectan en primavera y también se emplean para elaborar encurtidos y diferentes platos, incluso hay zonas donde se consumen las hojas de la planta.
    En la sección de maridaje, les dejo una combinación jugosa, un plato en el que predomina el “botón floral” junto al mar y un vino blanco referencia presente en muchas mesas, que les hará disfrutar de un sabor y aromas inigualables.


   Bacalao a la alcaparra 







La Trucha 2018 100% Albariño 

Vista: Color amarillo pajizo con reflejos verdes. Limpio y brillante.

Nariz: Aromáticamente intensa, con predominio de notas frutales melocotón, albaricoque y de ligeros matices florales sobre sutiles tonos derivados de su crianza en lías.

Boca: Untuosa y golosa, con un excelente posgusto que perdura en el tiempo.

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